jueves, 5 de enero de 2012

¿Y por qué se llaman Bancos de Hábitat?

Si tomamos como referencia el modelo estadounidense, que es el modelo más desarrollado en esta materia, los bancos de hábitat consisten en la creación y comercialización de productos basados en la creación de recursos naturales o en la reducción de contaminación. Un Banco de Hábitat (BdH) siguiendo esta definición, es un proyecto que crea algún tipo de mejora comercializable  de la calidad ambiental.
Tradicionalmente, cuando los “agentes contaminadores” destruían áreas naturales o contaminaban el aire, o el agua, la legislación de regulación ambiental, requería la compensación por el daño causado. Las agencias gubernamentales americanas, responsables del control ambiental, generalmente encontraban dificultades para forzar a los promotores o entidades contaminantes a que pagasen por sus impactos.
Las entidades de BdH se presentan como intermediarios para facilitar la compensación de los impactos adversos a los recursos naturales y vender los activos que producen a promotores o entidades contaminantes a precios más económicos de lo que les costaría si ellos mismos tuvieran que realizar los trabajos de compensación.
Lo que realmente confunde de este modelo de negocio, es el uso para denominar a este tipo de proyectos empresariales de la palabra banco. Cuando hablamos de bancos, se nos vienen a la cabeza las tradicionales instituciones financieras que negocian con dinero. Nada más lejos de la realidad. Un banco, en términos ambientales,  es una figura jurídica legal que posee activos medioambientales mejorados en lugar de efectivo. Los activos en recursos naturales, pueden ser creados, almacenados y vendidos a clientes tal y como un banco al uso podría recoger, almacenar y comerciar con la riqueza.

El mecanismo de BdH o Banking como se conoce en EEUU, se refiere al proceso de creación de activos,  la certificación, la operativa y obtención de beneficio mediante la creación de banco (proyecto) que tiene que producir obligatoriamente ganancia neta en cantidad y calidad de recursos naturales o reducción de los efectos de la contaminación.


Para nosotros, las palabras BdH contienen todo el contenido que este modelo de conservación de la naturaleza posee. Cuando hablamos de hábitat, hablamos de la preservación de un espacio, ya sea mediante la conservación de sus activos, la generación de nuevos recursos o la mitigación de procesos contaminantes.  En otros lugares del mundo estos modelos de preservación del medio natural, se conocen también como bancos de conservación, o bancos de mitigación. Estos nombre a nuestro criterio, sólo responden a tipos de BdH. Sólo quizás el término Banca Medioambiental podría englobar de una forma similar el concepto. Pero, ¡es un vocablo tan manido!


Aunque las iniciativas basadas en incentivos e impulsadas por el mercado forman el componente más innovador de la BdH, la banca medioambiental realmente satisface una necesidad mucho más valiosa, la necesidad de coexistir con nuestro propio medio natural. Este modelo implica la gestión de las actividades que realizamos para preservar la calidad de nuestro entorno, que como resultado, genera una ganancia neta de calidad ambiental, reemplazando además recursos perdidos que necesitamos para coexistir y prosperar en este planeta.

Con la valoración pública de la calidad medioambiental (protección de recursos y reducción de contaminación) en “destino”, se hace una contribución positiva, incrementando el valor de los recursos naturales del país. Los beneficios de las mejoras medioambientales, proporcionadas por los activos de BdH, tales como la mejora de la calidad del aire o del agua, o la conservación de especies protegidas son esenciales para la salud, el bienestar y la conservación de la biodiversidad de la sociedad. El éxito de este modelo no es el del beneficio personal del que emprende un proyecto de este tipo, sino en saber que se está haciendo algo bueno por el medio ambiente.

La BdH combina ineludiblemente la creación de incentivos procedentes de la economía verde con la ganancia neta de recursos naturales, con el objetivo básico de incrementar la calidad de nuestros activos naturales. Una declaración de intenciones a favor de la conservación y mejora de nuestro medio natural.

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