viernes, 11 de mayo de 2012

¿Es "licito" comerciar con el Medio Ambiente"?



Parece una pregunta aparentemente de respuesta inmediata. Lo primero que nos viene a la cabeza cuando escuchamos una pregunta de este tipo es, por supuesto, “no, no parece lícito”. Los porqués, podrían ser infinitos. Desde un “no porque la Naturaleza es de todos” hasta respuestas del tipo “no porque el mercado lo destruye todo”.
Esto es lo que a primera vista, en la situación actual, respondería una gran parte de la población. Todos vemos cómo los recursos ambientales se están viendo mermados por la actividad económica. Cómo está prevaleciendo la razón económica sobre la razón ecológica.
A pesar de la tendencia de las empresas y los gobiernos hacia la sostenibilidad, todavía hay un largo camino por recorrer. Se está viendo que el modelo actual de conservación de los recursos naturales es insuficiente. Desde la contribución por parte de las Administraciones Públicas (la mayor parte) y por parte de Entidades Privadas (la menor parte) no se está alcanzando esta sostenibilidad. Parece que hay que cambiar algo, no sabemos qué.

Los Mercados de Medio Ambiente son la irrupción de un sistema considerado desde siempre trasgresor en un medio idílico, el Medio Natural. Para muchos, no resulta lícita esta trasgresión. La Naturaleza ha de ser y estar, como ha estado siempre, como un ente que no ha de ser “tocado” por la actividad del hombre. Pero ésto dejó de ser así desde hace mucho tiempo. Desde el momento en que el hombre empezó a explotar los recursos naturales para su bienestar.
Los Mercados de Medio Ambiente, están permitiendo que se generen nuevos servicios ambientales y que se conserven los recursos en muchas zonas del mundo, gracias a que se puede obtener un rendimiento económico por su generación o conservación. Están consiguiendo que a las empresas les resulte atractivo generar recursos naturales y conservar los servicios que nos presta el Medio Ambiente. Se están convirtiendo en un incentivo muy interesante para la conservación.
Los Mercados Ambientales no pretenden “mercadear” con los recursos y servicios naturales existentes, éstos ya existen y no son objeto de mercado. Lo que pretenden es comerciar con nuevos recursos y servicios ambientales, generados como consecuencia una serie de actividades de conservación, gestión sostenible e incluso creación de activos naturales,  activos, que sin la existencia de estos Mercados Ambientales no se conservarían, gestionarían o crearían.
Es importante entender esto: los mercados de Medio Ambiente no comercian con lo existente, sino con lo creado, es decir, es necesario aportar mejoras al Medio Ambiente para poder comerciar con ellas, e incluso en ocasiones (como ocurre en los Bancos de Hábitat) es necesario el compromiso de conservación a largo plazo o a perpetuidad de los activos naturales creados. Por lo tanto, lo primero que hacen los mercados ambientales es crear una adicionalidad ambiental. El que luego esta adicionalidad sea objeto de transacción económica o no es lo de menos, ya que esta transacción económica en un Mercado Ambiental regulado no deja de ser sino un incentivo para invertir en el Medio Natural, un incentivo para que las empresas contribuyan de manera efectiva a la Conservación del Medio Ambiente.
Desde nuestra posición consideramos que los Mercados Ambientales son, no sólo lícitos, sino necesarios para alcanzar la sostenibilidad. 

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