jueves, 17 de noviembre de 2011

El futuro de los mercados en las economías verdes, o ¿presente?

El miércoles 16 de noviembre tuvo lugar en el salón de actos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino la conferencia “Economía de los servicios ambientales del monte”. 


En esta conferencia, participaron ponentes de contrastada solvencia como José Mª Rábade Blanco (TRAGSA), Carlos Bendito Prieto (Grupo Triodos Bank) y José Luis Blasco (Socio de KPMG España). Todos ellos coincidieron en la necesidad buscar alternativas para el modelo actual de protección de la naturaleza. Un modelo, que a día de hoy y a pesar de los esfuerzos, se ha mostrado insuficiente.
Una de las alternativas, que con ejemplos contrastados expusieron, es la utilización de los instrumentos que la economía de mercado facilita. Dichos mecanismos se pueden establecer como herramienta complementaria a las medidas que se llevan a cabo en la mayoría de los países. Estas medidas, fundamentalmente proteccionistas, están basadas en el modelo “Comand and Control”.


Nosotros desde luego no tenemos ninguna duda de las bondades de los mecanismos de mercado como herramienta eficaz para la conservación de la naturaleza, a pesar de que hablar hoy en día de los mercados, no resulte ni sencillo ni convincente en la situación en la que nos encontramos. Lo que desde luego no podemos hacer es taparnos la cara y mirar hacia otro lado. El mundo apunta en esa dirección, en la dirección de involucrar a todos los actores que intervienen en la conservación del medio natural, ya sea disfrutando, esquilmándolo, o conservándolo. No podemos dejar a las administraciones como único agente autorizado para salvar la naturaleza, ¡hagamos algo entre todos!


Pues bien, inició la conferencia José Mª Rábade haciendo una pequeña introducción de la situación macroeconómica mundial respecto el desarrollo global, y el marco político existente. Cifras sobre PIB, predicciones de la Unión Europea en su próxima PAC, estudio de sostenibilidad del World Business Council for Sustainable Development… para terminar centrándose en acciones concretas que “visualizó” como el futuro de herramientas para la conservación, así como fuente de ingresos para el “rural” español.
José Mª Rábade indicó que los mercados en la actualidad marcan las pautas y comportamientos por las que los gobiernos se rigen. Algo que se está haciendo cada día más visible. Mostraba, al hilo, que los compromisos que los bosques tienen no se cumplirán, si no se tienen en cuenta a los mercados, y a su relación con los espacios naturales. Está claro, decía, “no son la panacea y tienen sus limitaciones” pero tienen un papel muy importante que hay que dejarles jugar.
Indicaba también que los gobiernos hasta ahora sólo se han dedicado a gastar, regular y garantizar. La primera función en la situación actual tiene numerosas limitaciones, pero las dos siguientes adquieren si cabe, más importancia para sacarnos de esta situación.
Mencionaba también la situación del “rural” español. Un sector que se ha convertido en eminentemente más de consumo que de producción, y que sólo aporta un 9% al PIB español. ¿Serán los mecanismos de mercado una solución para el tejido rural español? Nosotros desde ECOACSA, no sólo lo creemos, estamos seguros y vamos apostar por ello.
La tendencia cada día es mayor a mostrar una sensibilidad hacia el medio natural, y así mostraba la encuesta a empresas sobre su percepción sobre el cambio climático, así como las previsiones del World Business Council for Sustainable Development, en las que aparecen como factores indispensables para el desarrollo sostenible los ecosistemas como agentes creadores de valor, la internalización de los servicios ambientales y los compromisos de reducción de emisiones. El capital natural, se ha convertido en un pilar más que sustenta la sociedad moderna junto con el capital físico, humano y tecnológico.



Respecto a la Estrategia Europea 2020, en la que se desarrollará la futura PAC, esperanzas e incertidumbres. Esperanzas porque el modelo podrá permitir, y así lo espera, que realmente se establezca una política que le dé respuestas a la problemática del campo y se establezcan medidas que valoren no sólo la producción agrícola o la superficie, sino que también se tengan en cuenta los servicios que para los ecosistemas proporcionan las explotaciones rurales. Incertidumbres, porque un sistema basado fundamentalmente en subvenciones, las cuales han representado la práctica totalidad de loa PAC, tienen una inercia muy grande, difícil de modificar.
El punto culminante de esta primera parte de la conferencia a cargo de José Mº Rábade lo marcó su discurso respecto a la importancia de valorar los ecosistemas naturales y sobre todo, la necesidad de establecer derechos de propiedad sobre los servicios medioambientales y ecosistemas, para poder hacer efectiva su valoración económica. Sin la definición de los derechos de propiedad, no existirán elementos transferibles para establecer políticas de mercado. Ya hay algunos derechos de propiedad reconocidos, los asociados a los elementos estrictamente “productivos”, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Lo que sí es importante, es que estos derechos, deberán tener una serie de características que permitan su transferencia (definición, protección…)
La futura explotación rural para José Mª Rábade, será aquella en la que los ingresos provengan en un 60-65% de los productos y servicios de los que ahora se obtienen, y el resto provengan de elementos relacionados con la protección de la naturaleza como la venta de créditos (biodiversidad, calidad aguas, recarga de acuíferos…)
Por último, terminó su exposición haciendo una propuesta para un nuevo “Decálogo de Gobernanza Forestal”
La siguiente intervención, corrió a cargo de  Carlos Bendito de Triodos Bank.  Carlos Bendito contó la experiencia de Triodos Bank en la comercialización de Fondos Verdes en Holanda. Pero sobre todo Carlos Bendito, desde su perspectiva de economista y como integrante de una empresa que apuesta decididamente por la conservación de la naturaleza, nos hizo reflexionar sobre la importancia de valorar los ecosistemas, de ponerles un valor como primer paso, porque darles un precio puede ser casi imposible, pero que puede ser el arranque de un nuevo modelo de conservación de la naturaleza en el que intervengan todos sus beneficiarios.
El caso que explicó, sintetiza claramente cómo, con apoyo de todas las partes relacionadas, gobierno y empresas, se pueden conseguir herramientas para la sostenibilidad. Con esta iniciativa, el gobierno holandés, premia con una serie de incentivos fiscales la creación de fondos basados en inversiones sostenibles con la naturaleza, ya sea la creación de carriles bici, la apuesta por las energías renovables, o sistemas que mejoraran la eficiencia energética.
Estos fondos posteriormente salen al mercado mediante agentes de intercambio y se comercializan. El cliente de estos fondos y depósitos, sabe de partida que la inversión es algo menos rentable (entre el 1 y el 3.5%) que si la realiza en otro tipo de bonos, pero además, está ayudando a la conservación de la naturaleza.
El volumen de fondos comercializados, pasó de los 365 m€ cuando se inició el programa en 1995, a un volumen acumulado de 11.889 m€ en 2010.
Y sobre todo, se estima, que por cada euro de inversión que el gobierno holandés realizó, es decir por cada euro que dejó de recaudar a través de impuestos por las deducciones realizadas, se realizaron 40€ de inversión en medio ambiente.
Además, Triodos ha realizado estudios que analiza la potencialidad de este tipo de bonos en España, que podría tener un target del 11% de entre todos los inversores. ¿Hay mercado para la conservación de la naturaleza?
La conclusión final de Carlos Bendito fue que hay que sentarse a trabajar y ofrecer propuestas concluyentes al público, que el exceso de información es un freno para el avance y sobre todo, que el grupo Triodos, está abierto a discutir cualquier tipo de modelo que suponga un avance para la conservación de la naturaleza.


La última comparecencia la realizó José Luis Blasco. El socio de KPMG terminó con un soplo de aire fresco y un impulso real de los mecanismos de mercado. En esta ponencia, José Luis nos mostró el ejemplo que se está llevando a cabo en Australia para el establecimiento de un mercado voluntario para el comercio de las emisiones de CO2.
KPMG ha desarrollado junto al gobierno australiano un sistema voluntario que permite la compensación de emisiones de CO2 que acaba de ponerse en marcha recientemente. El ejemplo australiano supone un empuje hacia la intervención privada en los mecanismos de compensación, estableciendo la figura de las certificaciones de sumidero de emisiones.
Este procedimiento, ha permitido definir tanto las emisiones producidas por los  operadores, como la captura de las nuevas instalaciones. Todo el procedimiento se ha normalizado mediante una norma por un organismo acreditado (equivalente al ENAC español).
Para facilitar el proceso, se establece una oficina administrativa para el comercio de OTC y un seguro en forma de certificados de carbono.
Pero, ¿Qué le lleva a las empresas a comprar CO2? Un compromiso con la naturaleza. El compromiso de ser neutros en CO2. Muchas empresas han adquirido ese compromiso, incluso la ciudad de Sydney también lo ha hecho. Este hecho, significa que los proveedores que tenga la ciudad de Sydney han de ser neutros  en  CO2 para poder optar a licitaciones.
¿Por qué es importante este ejemplo? Por las similitudes que ofrece la posición de Australia y de España frente al compromiso de Kioto, que facilitaría la aplicabilidad del modelo.
¿Será el primer paso para el uso de permisos negociables en España? Ojalá sea así.
El problema no se encuentra en incentivar la oferta, que se pondrá rápidamente en marcha cuando exista una demanda clara y definida.
El debate que se abrió a continuación resultó francamente interesante, pero su contenido, lo dejaremos para otro post.

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